martes, 13 de septiembre de 2022

El movimiento feminista y la agenda pública

○ Estamos viendo un momento significativo de este movimiento

Por Ana Rosa Sánchez Orendain
Tomado de la revista Portales del Colson

“Las movilizaciones feministas en México atraviesan por una oportunidad política paradójica: por un lado, sus demandas nunca han recibido tanta aceptación y respaldo entre la población y las autoridades. La igualdad de género se ha convertido en una política transversal y un discurso socialmente valorado como importante”, señalan Paula Eloísa Sánchez Luna y Mario Alberto Velázquez García. 

En su texto publicado en el número 24 de la Revista Intersticios Sociales de El Colegio de Jalisco buscaban encontrar cuál fue el sentido de la acción de los gobiernos o autoridades federales y universitarias frente a una protesta como la feminista durante 2019-2020: resolver las demandas, aplazar, descalificarla o reprimirla. 

Mencionan que a pesar del apoyo en las calles y las autoridades, los ataques contra mujeres, asesinatos, violaciones y la violencia intrafamiliar continúan en aumento, las autoridades encargadas de proteger a las víctimas son omisas o solapadoras de los comportamientos violentos, perpetuados por otros hombres. 

“Estamos presenciando uno de los momentos más significativos de los movimientos feministas mexicanos, pero sin que las autoridades respondan con cambios que reflejen la dimensión de la crisis de inseguridad hacia las mujeres por la que atraviesa el país”, sostienen los autores del texto titulado La gobernanza en los tiempos de la 4T, el movimiento feminista y la agenda pública. 

Explican que no existe un cambio significativo en el tipo de actuación institucional frente a las movilizaciones feministas: los gobiernos anteriores y la administración actual buscan contener, descalificar y retrasar los efectos que las propuestas de estos grupos podrían tener en las políticas públicas y la impartición de justicia. 

Sánchez Luna y Velázquez García indican que el discurso de apertura ante las protestas sociales y la no represión a las manifestantes se contradice con las declaraciones de funcionarios que abiertamente atacan a las participantes, cuestionan sus objetivos e intenciones o que simplemente no realizan cambios sustanciales en las prácticas policiales y gubernamentales. 

Comentan que la violencia de género y las marchas feministas no son temas recurrentes dentro de la agenda presidencial, como ejemplo el Congreso de la Ciudad de México generó una respuesta de tipo oportunista aprobando la llamada “Ley Olimpia”, iniciativa de ley que ya había sido aprobada en otras entidades del país. 

Finalmente la propuesta teórica-metodológica busca clasificar y analizar las respuestas que las autoridades tienen frente a un movimiento social: automáticos o reflejos, de apariencia o coyunturales, oportunista y profundas o de largo alcance que podría funcionar para un análisis sobre la frecuencia con la que un gobierno responde y un análisis cualitativo sobre el sentido que tiene para la autoridad.  

elinformante

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