La vaquita marina. |
La eliminación total de redes pesqueras en el Alto Golfo de California garantizará una mayor posibilidad de supervivencia a la vaquita marina y del pez totoaba, opinaron expertos de México y Estados Unidos.
Para conmemorar el Aniversario 20 del decreto que creó esa reserva ecológica el 10 de junio de 1993, la víspera se realizó una ceremonia oficial en el Teatro municipal y se habló de ambas especies que están en peligro de extinción.
El investigador del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de la Semarnat, Gustavo Cárdenas Hinojosa, habló de las recomendaciones de la Comisión Internacional para Preservar a la Vaquita Marina (Cirva).
“Para esta marsopa tenemos que no han afectado a su población, la contaminación ni la reducción del agua dulce en el desemboque del río Colorado o cambios en el hábitat”, expresó.
Puntualizó que desde principios de los años noventa, según los expertos, la principal causa de mortalidad de esta ballena enana es la captura incidental en las redes pesqueras.
Asumió que entonces la eliminación total y por completo de las artes de pesca tradicionales permitirá incrementar las posibilidades de supervivencia de la vaquita marina.
Comentó que de acuerdo con los últimos conteos realizados, con apoyo de expertos de Japón y Estados Unidos, permiten ubicar en 247 individuos el número total de vaquitas marinas.
En la conferencia se estableció que esos son los últimos ejemplares vivos de esa especie, la cual no existe en ninguna otra región marina del mundo.
Asumió que también deben buscarse para los pescadores de las comunidades cercanas, alternativas sustentables para que desarrollen una actividad económica.
La investigadora de la Universidad de Arizona y del Centro Intercultural de Desiertos y Océanos (CEDO), Peggy Turk, manifestó que trabajan en el estudio de las comunidades de pescadores para conocer sus características y desarrollo.
“Necesitamos encontrar para ellos alternativas sustentables para el medio ambiente, pero que también les permitan tener una actividad económica”, expresó.
Refirió que muchas instituciones públicas y privadas están involucradas en la educación ambiental y capacitación de los trabajadores del mar sobre otras especies cuya explotación no requiere redes, como moluscos y crustáceos.
Por su parte, la investigadora de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Cedes), Martha Román, comentó que la presencia de redes también afecta al pez totoaba.
Puntualizó que se observa que las redes agalleras provocan la muerte de individuos juveniles, además de que la pesca furtiva ha originado una sobreexplotación considerable en el Alto Golfo de California.
Comentó que el buche de esta especie es muy apreciado en la cocina oriental, donde alcanza altas cotizaciones y eso provoca su captura en niveles importantes.
En su presentación, coincidió en que la reducción del esfuerzo pesquero y el control de la captura furtiva permitirán una recuperación en las poblaciones de esta especie.
elinformante
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