Por Nidia Garibaldi
Sin duda nuestra sociedad consumista nos lleva inconscientemente a preocuparnos por adquirir o comprar algún objeto o artículo material, en ocasiones sin siquiera darnos cuenta que lo más importante carece de precio monetario, pero sí tiene un gran valor.
Años atrás era muy común escuchar "la educación o el estudio" es lo mejor que se puede heredar a los hijos, y sí, en cierto sentido es muy cierto y válido, pero aún así me atrevo a decir que una autoestima adecuada y bien fortalecida es el mejor regalo y herencia que se puede dejar a los hijos.
Y digo todo ésto ya que la experiencia en consulta me ha demostrado que existen personas que aunque realizaron estudios profesionales, maestrías y doctorados en su vida adulta son incapaces de resolver situaciones difíciles que conflictúan su vida aún teniendo las herramientas y el aprendizaje de la educación formal.
Sin embargo, también me he encontrado con personas que difícilmente realizaron estudios de nivel básico y son personas, enprendedoras, entusiastas, que han sabido afrontar situaciones difíciles en la vida y salir adelante. En ocasiones, encontrándome en consulta con algun paciente al preguntarles cuál es su recuerdo más bonito de su infancia, es muy común que la respuesta sea "cuando mi papá me sentaba en sus piernas", "cuando mi mamá me leía un cuento al dormir", "cuando jugaba con mi padre con la pelota en el patio", " cuando estábamos niños y comíamos todo juntos sentados en la mesa", etcétera. Es curioso, pero estas respuestas son las más comunes.
A veces creemos que el regalar algún objeto o artículo caro va a ser lo mas apreciado por los hijos, pero ésto no es real, es sólo momentáneo y pasajero, un recuerdo apreciado y querido va a ser para toda la vida. Regale una autoestima adecuada y fortalecida a sus hijos... ¿y cómo hacer ésto?
Pase tiempo con ellos, juegue con ellos, hágale sentir que a usted le gusta su compañía, hágale sentirse apreciado, aceptado, hágale sentir que lo ama (los abrazos de medio minuto son muy eficaces, platique con ellos, invítelos a la tienda de la esquina, ustedes dos solos platicando sólo por el simple placer de sus compañías, lleve a sus hijos al parque a pasear en bicicleta, compre juegos de mesa y platiquen durante el juego, así aprende a conocer sus reacciones, su tolerancia a la frustración al perder o sus demostraciones de satisfacción al ganar, etcétera, compre una red y jueguen fútbol o volibol en el patio de su casa. Conviva con ellos.
En ocasiones nos encontramos con personas que heredaron bienes materiales (mansiones, carros, dinero o cuentas bancarias) pero que fueron desarrolllando personalidades de carácter débil o con muy baja autoestima, en ocasiones hijos a los que todo se les dio a manos llenas, que lo obtuvieron todo sin esfuerzo alguno, pero que sus padres los lastimaron o abusaron emocionalmente ya fuera con abusos verbales, psicológicos, físicos, abandono emocional y demás, llevándolos a convertirse en personalidades pusilánimes, fantoches y hasta piltrafas humanas, dominados por el alcohol o alguna otra droga, que lo que hicieron con su herencia fue malgastarla o despilifarrarla ya que nunca se les educó en el valor del trabajo y el esfuerzo para obtener aquello necesario para la vida.
Es por ello que como dice un comercial "el valor del amor... no tiene precio" demos a nuestros hijos, nietos, niños todo nuesto amor, aceptación, protección, apoyo, respeto y obtendremos un adulto feliz, con temple fortalecido, capaz de salir adelante en la vida.
Elva Nidia Garibaldi Valdez
Licenciada en Psicología
Consultas al celular 653 102 55 50
Avenida Kino 3ra. y 4ta.
elinformante
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