Pedro y Javier. |
Hermosillo, Sonora.- Pedro, un joven de 21 años que llegó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a solicitar apoyo para un pasaje al estado de Oaxaca, no imaginó que en unas cuantas horas dejaría atrás su agonía luego de 15 años sin ver a su familia que lo buscó por todo el país sin tener rastro de él, agonía que llegó a su fin.
Raúl Arturo Ramírez Ramírez, titular del organismo, describió que el pasado martes 24 de mayo, a través de la Dirección de Atención Ciudadana, la CEDH Sonora brindó orientación al joven originario de San Sebastián Yutanino, ranchería del municipio de San Francisco Cahuacuá, Oaxaca, donde narró parte de una lamentable historia que derivó en la separación de su familia.
Expuso que tras algunas vicisitudes y tragedias, Pedro Ramírez Cruz desde adolescente se desempeñó como jornalero agrícola en el Valle de Guadalupe, en Ensenada, Baja California, como millones de mexicanos que tienen que abandonar sus tierras en busca de una mejor calidad de vida.
El Ombudsman sonorense apuntó que después de 5 años, Pedro se trasladó a la ciudad de Tijuana, Baja California por algunos meses y de ahí, a campos de Zamora y Pesqueira donde trabajó la uva; en enero de este 2016, determinó dejar los jornales y cambió su ocupación a labores en la construcción en Hermosillo, Sonora.
Siempre, con la imagen de sus padres y hermanos en la mente y en el corazón.
Pedro destaca que durante su adolescencia y juventud jamás tuvo conocimiento de su familia pues no contaba con modo alguno de comunicarse con ellos; además, expone que no logró tener acceso a un aparato de telefonía celular y cuando así sucedía, no faltaba quien se lo arrebatara y le quitara lo poco que lograba reunir.
Apenas aprendió a leer y escribir, pero esto no fue impedimento para salir adelante en la adversidad en los campos de uva.
Ya en Hermosillo, dijo, se unió a un grupo de trabajadores dedicados a la albañilería con quienes construyó varias viviendas al Poniente de la ciudad, en zonas residenciales localizadas al final del bulevar Colosio y otras, al final del Navarrete en la confluencia con bulevar Quiroga.
Así, el joven decidió regresar a su natal Oaxaca sin recursos económicos, sin comunicación con su familia y sin conocer el paradero de sus padres, hermanos, primos, abuelos o amigos; sólo la fe y la esperanza de sentir una vez más el calor de un abrazo y la bendición de su madre, la señora Edilberta Cruz Ibáñez.
Al conocer la hasta el momento triste historia de Pedro, personal de la Dirección de Atención Ciudadana en ese momento se dio a la tarea de comunicarse con funcionarios de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, para hacer lo propio con funcionarios del Ayuntamiento de San Francisco Cahuacuá, quienes intervinieron para enlazar la llamada a la pequeña comunidad de apenas 400 habitantes.
Los funcionarios recorrieron la pequeña comunidad para dar aviso a don Pedro y doña Edilberta del que consideraron, un milagro.
De esta manera, el señor Pedro Ramírez González, padre de Pedro, supo que su hijo aún vivía y se encontraba con bien; posterior mente por la noche, el señor se comunicó con Javier, hermano mayor que vive en Cuernavaca, Morelos, quien tuvo el primer contacto telefónico con personal de esta CEDH Sonora y en especial, con Pedro tras 15 años sin saber de él.
Vía telefónica, Javier explica al personal de Atención Ciudadana los tristes momentos por los que han pasado la familia sin saber de Pedro por tantos años, aunque la esperanza seguía viva en sus corazones y oraciones.
La fortaleza de ser el hermano mayor fue determinante, asegura.
El miércoles 25 de mayo, con el valioso apoyo del Lic. Francisco Falomir Bernal, gerente del Grupo Estrella Blanca en Hermosillo y del mismo Javier, Pedro logró reunir la cantidad necesaria para su pasaje a la Ciudad de México.
El jueves 26 de mayo, a las 4:30 de la tarde, Pedro viajó en el autobús 6570 de la línea Pacífico y llegó a la Ciudad de México la noche del viernes 27; el sábado por la mañana, Pedro logró reunirse con Javier y su familia en Cuernavaca, Morelos, mientras sus padres se trasladaban de San Sebastián Yutanino a Morelos para reencontrarse con el joven.
El domingo, el joven Pedro Ramírez Cruz ya contaba con un trabajo y a una semana de llegar a la CEDH Sonora, sorprendentemente inició sus estudios en una secundaria abierta con la determinación de continuar la preparatoria y posteriormente, una carrera universitaria para dejar atrás los terribles años de soledad, pobreza y trabajo extremo en los campos agrícolas y en la construcción; sobre todo, el dolor de la ausencia de su familia.
Hoy, Pedro disfruta la oportunidad que la vida le negó durante 15 años y por fin, se encuentra ya con sus seres queridos con la posibilidad real de una vida mejor gracias al amor de su familia y de la fraternidad de Javier, su hermano mayor.
En los estados de Baja California Norte, Sonora, Oaxaca y Morelos, Pedro es ya un claro ejemplo de vida, esfuerzo fe y determinación, de un joven que desea salir adelante a pesar de la soledad, los embates, el peligro, la marginación y la adversidad en México.
elinformante
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