Redacción
México, 1 Feb (Notimex).- Preocupado por el declive la
población de la vaquita marina, especie en peligro de extinción, que habita
sólo en el Golfo de California, el investigador Horacio de la Cueva Salcedo
participa en estudios que consideran la reproducción en cautiverio del cetáceo
más pequeño del mundo.
El científico destacó que los esfuerzos persisten para
continuar implementando acciones para su conservación.
Desde hace unos 15 años, el especialista del Centro de
Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), junto
con otros expertos nacionales e internacionales y personal de la Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), están en la búsqueda de
estabilizar la población de este mamífero marino.
Según información del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt), la vaquita marina se caracteriza por ser un animal
críptico, le gusta esconderse, mide 1.5 metros de longitud en promedio, aunque
es pequeña, es robusta, tiene una cabeza redondeada y dientes planos y no le
gustan los ruidos de los motores de las embarcaciones que han usado los
científicos para rastrearla.
De acuerdo con Horacio de la Cueva, se estima de existen
menos de 80 ejemplares, y cuando una población llega a un número tan reducido,
ya no es posible recuperarla, porque en un área tan grande no es fácil que se
encuentren las parejas, eso le puede pasar a cualquier organismo cuyos números
son muy bajos.
Detalló que para calcular la población de esta especie
existe una red de sensores acústicos distribuidos en el Alto Golfo de
California, donde se registran los clics (sonidos) que hacen las vaquitas y a
partir de eso se estima su población.
“Como los sensores están distribuidos en una zona amplia,
sabemos cuales son las áreas preferenciales y con esa evidencia se pudo
modificar la forma del refugio de la vaquita para que incluyeran zonas donde se
registraba más frecuentemente”, apuntó.
“En la actualidad tenemos un estudiante de doctorado que
mejorará el algoritmo con el que analizamos las grabaciones, para hacer una
mejor estimación del número de ejemplares que hay”, comentó.
“Nosotros conocemos bien los aspectos biológicos, qué
necesita, qué le gusta, cómo se reproduce, pero lo difícil es la parte social,
qué hacemos para disminuir la pesca incidental”.
Refirió que hay un modelo que te permite estimar cuánta
pesca incidental puede haber para que una población se mantenga, y la
estimación es media vaquita al año, es decir, si hubiera una muerte incidental
de vaquita cada dos años, no afectaría, “pero es obvio que es mucho más que
eso”.
En otro estudio que se hizo en el CICESE, se estimó que hay
algo así como 18 mil viajes de pesca al año nada más de San Felipe, a eso se
agrega el Golfo de Santa Clara, entonces la posibilidad de muerte incidental se
vuelve muy alta.
El área de distribución de la vaquita marina es en miles de
kilómetros cuadrados y coincide con la mayor parte de la Reserva de la Biosfera
del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado.
Se forman grupos pequeños de uno a tres individuos, con
frecuencia solo pares de madre con cría, consumen gran variedad de peces, más
de 21 especies de pelágicos y dos especies de calamares.
La tasa máxima de crecimiento no suele exceder el cuatro por
ciento anual y la mayoría de los nacimientos ocurre a principios de marzo.
elinformante
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