martes, 17 de enero de 2017

Disyuntiva de México, ante amenazas de Trump

(*)Jesús Alberto Cano Vélez

El arribo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, constituirá un parteaguas en la vida económica de México. A partir de esa fecha, conoceremos en detalle la estrategia de su gobierno para dar cumplimiento a sus promesas de campaña concernientes a México, proferidas reiteradamente en un tono de animadversión y obstinación, que dificultarán sin duda, cualquier posible acuerdo.


De las declaraciones de Trump, al día de hoy, se desprende que intentará vincular tanto la construcción del muro fronterizo pagado por México, como él pretende, y la expulsión de millones de compatriotas indocumentados que hoy trabajan en el país vecino, a la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, TLCAN, un tema muy sensible para nuestro país, ya que el 85% de las exportaciones mexicanas dependen de él, además de que éstas representan el 25% de nuestro PIB.


En este compás de espera, caracterizado por la incertidumbre, el gobierno de México ha expresado que pugnará por una renegociación “ganar-ganar”, dialogando con Donald Trump para explicarle la importancia estratégica del TLCAN para la región, esto, mientras nuestro país fortalece su estrategia de diversificación de los productos mexicanos hacia el resto del mundo y hacia nuestro propio mercado interno.


Un reto de gran calado, si como prevén los juristas mexicanos en materia de comercio exterior, el gobierno de Trump se enfocaría, principalmente, al capítulo tres del TLCAN, que se refiere a las reglas relacionadas con el acceso a bienes de mercado, desgravación arancelaria, aranceles e impuestos aduaneros.


A este respecto, diversos especialistas vinculados con la negociación y orquestación por parte de México del TLCAN en los años 90, han advertido que, ante las amenazas de Trump, de cerrar las fronteras de la Unión Americana al comercio exterior por medio de cuotas o impuestos, peor que salir del TLCAN sería quedarnos dentro con una mala negociación.


En el marco del panel Aspectos Económicos-Políticos y el futuro del Tratado de Libre Comercio, realizado en el ITAM en días pasados, Jaime Serra Puche principal negociador del TLCAN, alertó que uno de los principales peligros sería que México permitiera a Estados Unidos imponer precios que distorsionen el mercado por la vía conocida como “comercio administrado”; éste instrumento que fue utilizado en la década de los 30 del siglo pasado, en la gran depresión, regulaba los flujos de exportación e importación con distintos precios, sin considerar los precios relativos de los productos.


Este mecanismo que permite implantar cuotas de forma discrecional, terminaría generando para nuestro país, una incertidumbre interna que distorsionaría la estructura de precios, situación que se ha logrado eliminar a lo largo de 20 años de apertura TLCAN.


Jaime Zabludovsky, también participante del acuerdo en la década de los 90, señaló que hay otros esquemas que podría adoptar el gobierno federal para mantener un comercio en auge con Estados Unidos. México tiene la posibilidad de operar en el comercio internacional bajo las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo cual haría que los aranceles no excedan el 2.8 por ciento, establecido como tope por dicho organismo, e impide establecer tasas de hasta 35 por ciento en las exportaciones, como ha advertido el magnate republicano.


“Imponer un arancel de 35 por ciento a las exportaciones significaría salir del TLCAN y violar los acuerdos de la OMC, por lo que Estados Unidos, si permanece dentro de éste organismo, tendría limitaciones legales para subir las tasas.


En resumen: El gobierno de México no puede, por ningún motivo, desestimar las amenazas de Donald Trump, debe preparar una sólida estrategia de respuesta que involucre un seguro apego a las reglas internacionales de la OMC que respaldan a México, sin perder de vista, que esas mismas reglas norman y limitan la conducta de Estados Unidos, mientras éste país forme parte de esta organización.


Se avecinan tiempos difíciles, en los que la estrategia del ejecutivo federal frente a las amenazas de Trump, tiene forzosamente que involucrar, en tiempo y forma, al poder legislativo federal, particularmente al Senado de la República.


(*)Economista sonorense


Twitter: @acanovelez


elinformante

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