Redacción
Álamos, Sonora.- En una época en la que el pragmatismo y la frivolidad prevalecen en la sociedad, es algo mágico encontrar tradiciones idealistas y románticas. Y la magia caracteriza a Álamos, Sonora, sede del Festival Alfonso Ortiz Tirado. Como una muestra de ello, podemos hablar de los candados del Mirador.
Quien pasea por la ciudad de los portales seguramente llegará al mirador, en cuyos barandales encontrará cientos de candados cerrados, cuyas llaves se han perdido y que permanecen ahí desde hace años, como sello de las parejas que pasaron por estas calles y dejaron constancia de su amor en este bello pueblo.
Nacida en algún lugar de Europa, esta costumbre ha permeado en distintas partes del mundo. Los enamorados, de forma anónima, dejan un candado cerrado como símbolo de sus anhelos: un amor que trascienda, incluso, a los mismos amantes.
No obstante, los candados de Álamos tienen la particularidad de estar grabados. Los más de ellos muestran los nombres de quienes pasaron por estas calles e, incluso, las fechas, siendo curioso que la mayoría corresponden a finales de enero, inicios de febrero; fechas en las que esta hermosa joya de Sonora se llena de vida, convirtiéndose en la capital de la música, es decir, coinciden con el Festival Alfonso Ortiz Tirado.
elinformante
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