Por Juan José Razzo
En pleno desierto de Altar se encuentran establecidas más de 2 mil hectáreas de cultivos diversos, para lo cual productores agrícolas transformaron el suelo inerte en fértil con técnicas de incorporación de materia orgánica.
Este proyecto tiene un futuro de crecimiento, pero al momento ya genera trabajo para mil jornaleros agrícolas en labores de cosecha de dátiles, sandía, espárrago, cebollines, uvas y otros productos que se exportan a Estados Unidos.
Las plantaciones se localizan en las inmediaciones de las comunidades de los ejidos Islita y Lagunitas, al sur de este municipio de Sonora, y se llega a ellas por caminos abiertos en los arenales con maquinaria.
En varios lugares se puede observar como las plantas introducidas para la actividad agrícola, están en las inmediaciones de especies vegetales endémicas de la zona desértica.
El presidente y socio mayoritario de la empresa SPR Bustamante, Parra y Asociados, José Jesús Bustamante Salcido, indicó que esta labor les parece muy interesante, "ha requerido mucho trabajo y es un proyecto que está en crecimiento".
Precisó que al momento son alrededor de 2 mil hectáreas que se encuentra en producción, donde todo el año hay trabajo, pero es en la cosecha cuando más jornaleros se contratan y llegan a operar hasta mil.
Aparte de palmas datileras, sandías, espárragos, cebollines, también se cultivan y producen uvas, productos que en su mayoría se exportan a la Unión Americana, para lo cual deben tener una alta calidad e inocuidad.
Para proteger las plantas en las parcelas agrícolas, en sus alrededores se establecen arbustos de granadas, los cuales forman una barrera rompevientos, importante debido a que en el desierto de Altar los vendavales son frecuentes y fuertes.
En pleno desierto se puede observar cómo las plantaciones han requerido de una considerable infraestructura, como es pozos de agua, maquinaria, equipo, instalaciones para los trabajadores y sistemas de riego por goteo y aspersión.
Bustamante Salcido manifestó que para cultivar la tierra desértica se quiere la incorporación de 10 toneladas de materia orgánica tipo composta por hectárea por año, "eso cambia la estructura del suelo y convierte la tierra inerte en fértil y productiva".
De acuerdo con técnicos agrícolas de las fincas cuando el proyecto inició a mediados de los años noventa, esa materia orgánica, formada por desechos vegetales, se transportó de otros lugares, pero una vez iniciada la plantación se obtiene de las mismas parcelas con los residuos de cosecha.
El ingeniero agrónomo, Rodolfo Garibaldi, observó que una buena razón para sembrar en el desierto de Altar es que aunque en la superficie sea muy árido, "en el subsuelo existe una enorme riqueza de agua".
Manifestó que la cuenca subterránea es una de las más ricas posiblemente del país, además de que el agua es de alta calidad, pero es necesario su máximo aprovechamiento, por ello los sistemas de riego necesarios en un sitio con una alta evaporación, ante el calor extremo.
Como dato curioso, los inversionistas construyeron un kiosco en una loma de arena dura en medio de los terrenos cultivados, desde donde se puede apreciar la magnitud de este proyecto productivo.
La investigadora de El Colegio de Sonora, Ana Isabel Grijalva Díaz, destacó que desde mediados del siglo XX el gobierno mexicano implementó una política de irrigación y de ampliación de la frontera agrícola en el país a través de la creación de distritos de riego.
En el desierto costero de Sonora se crearon los distritos de riego de San Luis Río Colorado, Caborca, la Costa de Hermosillo, Guaymas, el Valle del Yaqui y el Valle del Mayo y se abrieron al cultivo más de medio millón de hectáreas.
Entre los años 1950 y 1980 la agricultura fue la base de la economía sonorense que se convirtió en la principal productora de trigo del país, así como en una importante exportadora de algodón, reseñó.
Entonces los valles del Yaqui y el Mayo, en el sur del estado, se proyectaron como los pioneros de este tipo de agricultura intensiva y extensiva, comentó.
A partir de la Revolución Verde, el trigo y el algodón experimentaron los primeros cambios en los patrones de rendimiento, pero después las economías regionales cambiaron hacia una especialización productiva, afirmó.
Ahora pueden observarse los frutos de dicha tecnificación en la agricultura lograda en el todavía inhóspito desierto de Altar, donde además de alimentos para el país y la exportación, cientos de trabajadores encuentran la forma de llevar el sustento a sus familias.
Vínculo de video: https://youtu.be/xSp0dvMZMB0
elinformante
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