Por Juan José Razzo
Los cambios en los estándares del sistema de justicia penal en un país se pueden observar por los casos específicos en que los jueces la imparten, así que los ciudadanos deben estar atentos a dicha evolución pues son afectados en mayor o menor medida por estas decisiones públicas.
Recientemente una publicante en redes sociales salió libre tras el pago de una indemnización por algo así como 2.5 millones de pesos a una mujer a quien, en compañía de otros jóvenes, violó sexualmente años atrás cuando la víctima era menor de edad. Con dicha “reparación del daño” se abrió la puerta para que todos obtengan su libertad.
Recuerdo que en junio de 2008 cuando se empezó a promover en el país el nuevo sistema de justicia penal acusatorio ahora en vigor, los expertos que dictaban las conferencias hablaron de sus características, como las medidas cautelares, de mediación para agilizar las resoluciones, de la reparación del daño, el proceso abreviado y hasta llegar a los juicios orales públicos, entre otras.
En ese entonces, los jurisconsultos que visitaron Sonora y cuyos nombres no recuerdo manifestaron que la mediación y reparación del daño para disminuir o perdonar los delitos a los malhechores no incluirían conductas calificadas como graves en el contexto del agravio a la sociedad, como el homicidio, el secuestro y la violación sexual.
Les cuestioné que en caso de los delitos sexuales sí estaba permitida la negociación o mediación entre el delincuente y la víctima en Estados Unidos y otros países del primer mundo, pero ellos argumentaron que en México ese tipo de conductas generaban una carga social más grande en contra de la persona agredida, por lo que no era recomendable aprobarla. El argumento en sí fue que en esos países la sexualidad está más liberalizada.
Pero tras el reciente caso de la youtuber y al hacer énfasis en que la víctima fue una menor de edad, observo que dichos estándares cambiaron con el tiempo cuando menos en el tema de la agresión sexual, en donde seguramente empujarán otras sentencias en dicho sentido en el país.
Habrá que ver si esta decisión no trae aparejada la clásica frase del mexicano “por qué él sí y yo no”, en el sentido de generar una ola de deseo de impunidad para toda aquella persona que tenga el dinero suficiente para cometer abusos sexuales y quitarse a la víctima de encima con un billete.
Pero más allá, es bueno preguntarse si la mediación algún día llegará a los otros dos temas pendientes como el homicidio y el secuestro, además de las posibles consecuencias.
elinformante
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