Al Gobernador, Alfonso Durazo Montaño y al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández:
“Militarizar la seguridad pública es un cheque en blanco para la violación de los derechos humanos”. Lo dijo el primero de marzo de 2017, Mario Delgado, hoy dirigente nacional de Morena.
“Debe fortalecerse el poder civil con el establecimiento de la democracia. El militarismo no es solución”. Lo dijo el 26 de abril de 2016, Andrés Manuel López Obrador hoy presidente de México.
Esas eran sus posturas siendo oposición, con esas frases queda demostrado que cuando un político está en la oposición lo más fácil es decir que se tiene la respuesta y solución a todo, pero cuando se es gobierno lo más fácil es echar culpas y responsabilizar a otros. Así le ocurrió a Morena, con su dirigente y también con el hoy presidente de la República.
A las familias sonorenses:
Hoy México, padece el peor momento de su historia reciente en materia de inseguridad. Esta aseveración ni es fatalismo, ni es populismo, ni tampoco psicosis neoliberal, es realismo puro. Hay un gobierno que a todas luces ha sido rebasado por el crimen y el narcotráfico.
Pese a la “supuesta presencia” de la Guardia Nacional en las calles, en la gran mayoría de las entidades federativas, se ha observado un aumento notable del homicidio vinculado en un 98% al narcotráfico.
Sonora no es la excepción, las y los sonorenses han pasado de la psicosis al miedo, del miedo al terror y del terror a la desesperanza del sálvese quien pueda, ante los hoy llamados generadores de violencia.
Se niegan hasta llamarle a los cárteles por su nombre y ahora pomposamente les dicen “entes generadores de violencia”.
La escalada de violencia en el estado, ha sido exponencial desde 2019, donde se tuvo un incremento del 57% en homicidio doloso. Este Sonora violento, con balaceras y ejecuciones a plena luz del día ha sido producto de un abandono total de parte del Gobierno Federal.
Lo más fácil, lo más cómodo desde la federación ha sido señalar que el problema radica en las policías estatales y municipales, a quienes incluso han responsabilizado de complicidad y nexos con el crimen organizado. Hay cientos de policías honorables y también mujeres viudas, familias con niñas y niños que han perdido a su padre o madre en el cumplimiento de su deber.
Que no se olvide que en Sonora desde 2018 quien gobierna la mayoría de alcaldías es Morena y sus aliados. ¿Dónde quedó entonces la coordinación que tanto presumieron en campaña? ¿De qué les sirvió engañar al pueblo con su llamado al voto masivo?
La verdad, es que a esas corporaciones desde que empezó el actual sexenio se les abandonó. Ahí están los recortes presupuestales realizados por más de 5 mil millones de pesos al Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública y al programa Fortaseg. Con la falta de apoyos, los estados y municipios se han visto imposibilitados para adquirir equipamiento y capacitar a las corporaciones de seguridad pública, así como para tareas de inteligencia que fortalezcan la prevención.
Desde enero de 2019, el propio presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, garantizó que en los primeros seis meses disminuiría la inseguridad una vez consolidada su estrategia contra la violencia. Pero luego, una vez cumplido su auto emplazo, volvió a pedir un año de gracia, ¿Qué ha pasado desde entonces?
Estos fallidos pronósticos, al gobierno federal, le incomodan y le enfurecen, porque ha de ser muy difícil reconocer en el egocentrismo del no poder, lo que por casi dos décadas juraron a la gente que cuando llegaran al gobierno sí podrían atender y resolver. Ya de los abrazos y no balazos, mejor ni hablamos.
Debe ser muy difícil para el Presidente de la República y su equipo de colaboradores, verse en el espejo de la sinceridad, moralmente derrotados ante sus nulos resultados, mentalmente extasiados ante la autocracia del oficialismo y físicamente rebasados ante el dominio en cada ciudad y cada estado del crimen organizado.
Ahora, el gobierno de Morena, en la recta final de su gestión, nos quiere hacer creer que sin las fuerzas armadas será imposible recuperar la paz en el país. Si la ruta de salida de las fuerzas armadas de las calles era la consolidación de la Guardia Nacional, no se explica entonces que los incrementos presupuestales a la SEDENA sean de casi tres veces más que a la propia Guardia Nacional, sin absolutamente ningún rigor de rendición de cuentas.
Por esas razones, la Bancada Naranja de Movimiento Ciudadano votaremos en contra de esta reforma constitucional.
Tenemos muy en claro que la participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública no soluciona los problemas de violencia, al contrario, los ha exponenciado, al existir hoy casi tres veces más la fuerza militar en las calles, desde hace, por lo menos, 12 años.
Ni una sola democracia en el mundo, ni una sola, ha necesitado militarizar su sistema nacional de seguridad pública. Eso es sólo una práctica de las dictaduras. La ruta de la militarización tiene como objetivo central la dictadura y el fortalecimiento de la autocracia.
Es una mentira que el Gobierno Federal ha atendido las causas de la inseguridad. Han abaratado a nuestro ejército nacional, en tareas que no les compete. La dignidad y la labor constitucional de nuestros militares no cuentan, sólo los propósitos electorales y el deseo de que, a costa de los soldados de bien, emerja una nueva clase castrense empoderada bajo el auspicio civil y sus acaudalados negocios.
Es muy fácil que un civil se convierta en militar, pero es imposible que un militar actúe como civil.
Estimadas familias sonorenses, el uso de la fuerza es el último recurso del incompetente.
Después de la militarización, buscan la reforma electoral para ahora eliminar al INE, ya lo verán en pleno mundial de fútbol.
Movimiento Ciudadano será el antídoto democrático al veneno del autoritarismo, la sumisión y la coacción. En Movimiento Ciudadano no seremos ni cómplices, ni entregados, ni tampoco sumisos, por amenazas producto de nuestros andares en la vida pública. Tenemos la voz completa, para estar en contra y decir las cosas tal cual son.
Ante cada crisis, ante cada balacera afuera de escuelas, ante cada asesinato de empleados de la CFE, ante la ejecución de niños, activistas, de ciudadanos, que nada tienen que ver con la delincuencia, siempre nos dicen: que habrá más Guardia Nacional; que llegarán más recursos para combatir al crimen organizado, pero al pasar de los días, la realidad nos regresa al Sonora del no pasa nada.
Las ideas y planes del Gobierno Federal, no solo son diferentes, son peligrosamente incoherentes. No pierdan más tiempo en echar culpas al pasado, su retórica de odio ya no envenena a nadie porque la realidad los ha superado.
Como Movimiento Ciudadano, tenemos las ganas y la convicción de trabajar para que Sonora sea nuevamente seguro y libre, libre también de pretextos donde prevalezca la voluntad de la mayoría y no de quienes al margen de la ley se han encargado de lastimar la imagen, la paz y la tranquilidad.
Hermosillo, Sonora. 25 de octubre de 2022.
Diputados
Rosa Elena Trujillo Llanes
Natalia Rivera Grijalva
Jorge Ruso Salido
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