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| Algunos cucapás con funcionarios de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). |
Después del Descubrimiento de América, también llamado el Encuentro de Dos Mundos, los cucapá se vieron por primera vez con europeos, quienes hicieron las descripciones iniciales de esta etnia, según historiadores.
Algunos cronistas ubican a este grupo autóctono en esta región desde hace 9 mil años aproximadamente, otros hace 2 mil, según consigna el cronista local en su libro "Los cucapá: La gente del río Colorado", Hermes Flores Navarro.
De acuerdo con las últimas investigaciones de la catedrática e historiadora de Baja California, Yolanda Sánchez Ogás, los coloca históricamente hace 5 mil años en las márgenes de ese afluente en los estados de Sonora, Baja California y Arizona.
Los primeros que mencionaron a estos autóctonos, sin citar su toponimia, fueron los exploradores españoles Francisco Vázquez de Coronado y Hernando de Alarcón en su expedición de 1540, y enseguida fueron mencionados por el alcalde de Ures, Sonora (San Jerónimo de los Corazones), Melchor Díaz.
Según citan ambos autores locales en cuanto al testimonio de Alarcón: "Él escribió acerca de la gente alta y bien proporcionada que llevaba mazos de madera, arcos y flechas, y se adornaban cara y cuerpo con pintura.
"Los hombres usaban taparrabos y las mujeres llevaban plumas pintadas y pegadas a su cintura, al frente y en la espalda. Hombres y mujeres estaban desnudos de la cintura para arriba y ellas usaban una falda de tiras de cáscara de sauce".
Décadas después, el conquistador español Juan de Oñate y su gente, los contactaron en 1604, y en esta ocasión mencionaron por primera vez la palabra cucapá en cuanto a esta comunidad indígena.
En el año de 1746, el misionero jesuita Fernando Consag contactó también con la tribu. Posteriormente lo hizo el padre franciscano Francisco Garcés al predicar entre ellos en los tiempos de la conquista de San Francisco, California, de 1771 a 1781, relatan.
"Lamentablemente los rasgos de la cultura Cucapá no fueron comunicados ni escritos por decisión de la propia etnia, pues existe la creencia entre ellos que no se debe nombrar a sus muertos, además de carecer de un sistema de escritura", cita Flores Navarro.
Cuando se empezó a poblar el fuerte de Yuma, Arizona, en 1854, muchos cucapá emigraron hacia ese lugar y otros hacia la colonia Lerdo, ubicada al sur de lo que ahora es este municipio de Sonora, asentamientos constituidos en la nueva frontera méxicoestadunidense.
"Donde laboraban como jornaleros y otros en trabajos domésticos, pero la mayoría se dispersaron en todas las rancherías en busca de mejores tierras", describe Flores.
El cronista local manifiesta que el grupo indígena poco a poco vio sus espacios reducidos debido a la colonización de los hombres blancos, por lo que se quedó en pequeños núcleos dispersos en toda esta región binacional.
El 18 de noviembre de 1942, el gobierno mexicano fundó el ejido Pozas de Arvizu en este municipio, dotado de 699 hectáreas de tierras de cultivo con derecho a riego, por lo que la comunidad autóctona se asentó en el lugar.
A la fecha, el resto de los integrantes de la etnia Cucapá, unos 100, residen en el sitio, donde se dedicaron a la siembra de cultivos de algodón y trigo en los primeros años y después recurrieron al arrendamiento de sus parcelas.
Los historiadores también mencionan los grupos que quedaron en las reservas establecidas en las inmediaciones de Somerton, Arizona y en los ejidos El Mayor Cucapá y Cucapá Mestizo en el vecino valle de Mexicali, Baja California.
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elinformante
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