En mi opinión tenemos un mal gobierno.
Pero después de esa frase no voy a escribir un texto largo con una serie de acusaciones pues no es mi estilo. Me gustan las cosas sencillas, pero sí puedo señalar que si bien es cierto el caos se gestó desde antes, ellos dijeron que con el cambio se terminaría y no es así, sigue creciendo.
Es una autoridad mediocre porque no cumple con el requisito principal y muy importante para la gente que es de proteger la integridad de las personas y sus patrimonios, necesidad por la cual se fundó el concepto de Estado.
El incumplimiento de esa encomienda es suficiente para considerar que la administración pública no funciona. Veo una Policía sin liderazgo y muy desorganizada por decir lo menos, aunque desconozco si dicha situación es por descuido o es intencionada. Los legislativos, llámense regidores, diputados y demás están más preocupados por cobrar que por trabajar.
Alguien comentó que cuando conoces de pequeño a amigos que después se convierten en criminales, esa confianza primaria te genera un miedo porque ellos saben quién eres. Hace tiempo un connotado notario público me preguntó sobre la inseguridad y le mencioné dicho fenómeno y él me dijo: “Es lo que pasa con la vieja de uno, con esa cercanía que te tiene”. Si los gobernantes tienen miedo, no se les puede cargar toda la culpa pero si son cómplices deben ser sustituidos.
En definitiva falta revisar ese pacto que se llama Estado, porque si la escalada de violencia sigue en aumento es tiempo de un relevo en los mandos.
elinformante
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