Por Juan José Razzo
Durante las últimas semanas columnas de opinión, notas informativas y editoriales de diverso origen dan cuenta de la escasa obra y gestión social de la administración estatal del gobernador Arturo Durazo Montaño, en Sonora, algo que nosotros previmos desde el principio.
Lo cierto es que al exsecretario de Seguridad Pública del país, como lo dijimos en una nota previa el 9 de enero de 2022, le dejaron la entidad muy endeudada con más de 50 mil millones de pesos, lo que significa muy poca capacidad de maniobra sobre todo si pensamos en los 7 mil 500 millones de pesos anuales de intereses que ese pasivo debe generar.
A eso se suma, para bien o mal, la labor que debe realizar como titular del Consejo Nacional de Morena en medio de la sucesión presidencial, para ello ha debido distraer tiempo de sus funciones como gobernador y es bien sabido que un mandato no se puede abandonar ni por un segundo porque todo se sale de control.
Se habla de que posiblemente solicite licencia para sumarse a la campaña presidencial en un puesto clave, pero consideramos que si entra otra persona al relevo enfrentará el mismo tema financiero del que ya hablamos.
Y eso de resolver lo de la deuda pública y privada está bastante complejo, pues de dónde puede salir tanto dinero para pagar si la gente ya no soporta más impuestos ni cargos, además de que como mencionamos antes un rescate federal se antoja imposible porque después otros estados van a querer.
elinformante
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