○ También se ha transformado en un fenómeno juvenil
Por Ana Rosa Sánchez Orendain/Tomado de revista "Portales" de El Colegio de Sonora
“La exhibición de cadáveres y toda esa violencia que se inscribe en los cuerpos, nos hablan de modificaciones en esta problemática, cambios importantes en el campo de las organizaciones criminales y del tráfico de drogas, entendiendo que esto es un fenómeno social dinámico que se da en el ámbito público, en las calles, a través de la visibilización de esta violencia”, advirtió el maestro Antonio Barragán Bórquez.
Señaló que lo que ha sucedido en días pasados se trata de un proceso de agudización del conflicto criminal organizado que se presenta en dos órdenes, primero en la frecuencia con las que ocurren los enfrentamientos, que cada vez son más, así como en las estadísticas de letalidad; por otro lado, la visibilización de la violencia, es decir en la exposición de los crímenes.
A diferencia de la manera en que operaban en los noventas, actualmente, explicó, todas las organizaciones criminales poseen un brazo armado de tipo paramilitar, además de que la globalización y las crisis económicas permitieron dinámicas diferentes en el flujo de armas y dinero.
“El sicariato también se transformó, pasó a ser un fenómeno netamente juvenil, lo cual se evidencia en las tasas de homicidios, de letalidad, que en su mayoría registra a son jóvenes. Esto es muy reciente, se ha presentado si acaso en las últimas dos décadas, ya que particularmente este fenómeno se encuentra atravesado por procesos económicos complejos, ya que en una sociedad del mercado como la nuestra, actualmente a las personas se les define por su capacidad de consumo, por su capacidad adquisitiva”, sostuvo.
El maestro en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora, agregó que existen otros elementos que permean esta problemática como el desmantelamiento del estado de bienestar, la pérdida del sentido patriótico ocasionado por el sistema educativo en décadas pasadas, que facilitaron el surgimiento de generaciones dispuestas a integrarse a organizaciones criminales en diversas áreas de su división del trabajo.
Agregó que Sonora ha registrado antecedentes a los incidentes actuales, como los ocurridos en Caborca, similar all enfrentamiento de Tubutama en 2010 que dejó un saldo oficial de 27 personas muertas, y otro en Cananea en 2007.
“Hay que reconocer el contexto en el que se desarrollan estas acciones: en nuestro país han transcurrido 13 años desde que inició la guerra contra el narco, y creo que para salir de esta situación se necesitará el mismo tiempo que nos llevó a estar en esta situación”, detalló.
Barragán Bórquez indicó que se deben atender las causas y los aparatos financieros que dan soporte a estas actividades, pues se trata de una sociedad que ha convivido por mucho tiempo con este fenómeno, más no con la violencia exacerbada.
elinformante
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