Por Juan José Razzo
Antes de las elecciones de 2018, comenté con varias personas, entre ellas de izquierda, de derecha y priistas, que si ganaba la izquierda me parecía que la situación estaba fraguada con una meta maquiavélica: Detener el incipiente pero sostenido crecimiento económico de México.
Desde antes, en los círculos financieros de Estados Unidos, de acuerdo con documentales de la televisión de ese país, había preocupación entre los empresarios por el futuro económico mexicano, que se veía podría mejorar sustancialmente en los próximos quinquenios.
La razón que daban es que los empresarios mexicanos estaban sobreprotegidos por el Estado, lo cual los apuntalaba con enormes ganancias, y ellos ya no quieren otro golpe competitivo como les asestaron en su tiempo países asiáticos como Japón y Corea, -fenómeno que, de por sí, ya se repite en la actualidad con China-.
Y es que Estados Unidos no soportaría de ninguna manera una competencia tan cercana como lo representaría México, en su mismo continente, lo que además, obviamente, resucitaría el espíritu nacionalista y libertario de América Latina, el cual surge de vez en vez.
Así que fue en ese momento que se fraguó un sistema político en México que diera marcha atrás a dicha evolución.
Entonces, primero se dio el golpe a Beltrones, un candidato que pudo ser fuerte -no digo que sea un ángel, sino que sería competencia en lo electoral-, pero que el mismo sistema priista lo acabó en la elección intermedia cuando era el dirigente nacional, y para la elección grande se designó a un candidato tricolor desarraigado de la militancia.
Siguió la trama, cuando el único que podía dar pelea en 2018 era el panista, pero el sistema en lugar de argumentar/atacar al líder de la competencia, se dedicó a acabar con el repunte del segundo lugar.
Ya con el nuevo gobierno se suma una circunstancia que a lo largo de la historia es veneno para el pueblo mexicano: La falta de unidad nacional.
Los números empiezan a ponerse en naranja, sino ya en rojo, y de acuerdo con los economistas mundiales la tendencia colapsará en breve, pero todavía puede ser revertida si el gobierno actúa de una manera más inteligente.
P.D.- Sería bueno saber cuánto costará al erario de nuestros impuestos mantener durante más de un año a más de 50 mil extranjeros que estarán en México como tercer país seguro.
elinformante
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