Esta es una historia real ocurrida aproximadamente en el año 1980. Un grupo de jóvenes se reunía en un domicilio de la colonia Comercial en San Luis, casi todos los días. En una de esas uno de ellos fue detenido por la Policía de Investigaciones y lo acusaron de introducirse a un domicilio y abusar sexualmente de una mujer. Debido a que confesó fue sentenciado e ingresado en el centro penal de la localidad y purgó casi tres años.
Cuando salió de prisión, fue a visitar de nuevo a sus amigos, quienes habían leído la noticia en el periódico y estaban seguros de que "El Chino" había estado con ellos en el momento en que ocurrieron los hechos de que lo acusaron. Es decir, ellos estaban seguros de que él no fue el agresor.
Como respuesta, él comentó "fue mi carnalillo, pero como es menor de edad, nos pusimos de acuerdo para echarme la culpa yo y mi mamá también estuvo de acuerdo, al cabo que yo ya traía broncas (por robo)". El parecido entre ambos era bastante, salvo por una poca edad.
En aquél entonces los menores infractores eran enviado a un sitio especial en el centro penal, pues no había Cotume/Itama. Así que la familia decidió que no quería que el adolescente fuera recluído allí.
La historia continuó y el adolescente se convirtió en adulto, ingresó a una corporación de Seguridad Pública y en varios casos fue acusado de abusos contra detenidas.
Sobre el caso de la niña Itzel Nohemí, de siete años de edad, quien desapareció el 23 de mayo pasado y fue encontrada muerta siete días después, la fiscal general del estado, Claudia Indira Contreras, afirmó que las pruebas científicas demostraron la responsabilidad de Aarón Guadalupe “N” en la violación y feminicidio de Itzel Nohemí.
Entre las pruebas se encuentran residuos seminales, pertenencias del agresor y otras circunstancias.
Agregó que el agresor relató cómo ocurrieron los hechos y señaló el lugar donde había ocultado el cuerpo de la víctima, pero en el curso del proceso judicial, Aarón Guadalupe “N” se quitó la vida.
De acuerdo en el Nuevo Sistema de Justicia Penal, la muerte de quien hasta ese momento era señalado como quien podría ser imputado por el delito, extingue el proceso.
Al respecto, el abogado penalista, Gerónimo Cortés, manifestó que plenamente y fuera de toda duda razonable jamás se podría determinar si Aarón es culpable de dicho delito, "pues no se puede juzgar a un muerto".
Agregó que si bien las pruebas periciales y presuncionales apuntaban a que él había cometido el ilícito, su muerte por suicidio en el centro penal, terminó con la posibilidad de que fuera llevado a juicio y sentenciado, lo que hubiera dado una certeza al 100 por ciento de que es el culpable.
Aunque, comentó que por el contrario, ante la contundencia de las redes sociales, ante la comunidad él es el reponsable.
Aquí surge una pregunta, si él nunca fue declarado culpable: ¿no estaremos ante otro caso como en los años 80's donde un inocente purgó prisión y el verdadero culpable siguió adelante con su vida para cometer más abusos?
elinformante
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