Por Juan José Razzo
Como ya es uso y costumbre la sucesión por la silla de San Lucas se desenvuelve similar a una pelea de cantina, en la cual los ataques verbales más bien redesocialeros no han pasado de allí… al menos hasta el momento.
A la rebelde suspirante lo más bajito que han dicho de ella, que es una mujer de malos hábitos sin precisamente referirse a que haya fracasado tras internarse en un convento. La han acusado de haber sido novia de Luis Miguel, Pedro Infante y quién sabe cuántos más, además de señalarla de ella misma victimizarse en el afán de atraer simpatías.
Del junior han sacado muchas acusaciones, casi todas las que existen en el Código Penal que si debiera ir a firmar al penitenciario tendría que hacerlo diario y nomás falta digan es put… refacto. Bueno eso ya lo han insinuado dos ediles malvados que andan por allí. Más específico lo acusan principalmente del cártel inmobiliario pero nadie ha interpuesto ninguna denuncia.
Lo curioso es el tercero de los suspirantes en el juego de la silla, el cubetas, no ha sido golpeado como los otros dos, en una de esas ya recibió la bendición del mandamás de Sonora –el oficial o el extraoficial- y es un juego de valores entendidos todo lo demás.
¿Por qué tanto odio? Bueno, es que todos quieren sacrificarse para administrar un presupuesto que durante 2025 rondará por la friolera de 3 mil millones de pesos anuales nomás lo oficial, más póngale otro tanto de lo irregular o ilegal, teniendo en cuenta además que las posiciones de funcionarios son de las pocas cosas que en este rancho pueden generar estatus social en una persona.
De allí que la jauría ande desatada.
elinformante
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